El costo de los subsidios estatales subirá en $ 1.036 millones para el año 2011, con respecto al presente ejercicio económico. El Gobierno gastará $ 5.400 millones el próximo año, lo que representa el 22% de la pro forma presupuestaria presentada a la Asamblea Nacional.
El mayor gasto está destinado a subsidiar los combustibles. Este rubro saltó de $ 2.489 millones en el año 2007, cuando comenzó el presente Gobierno, a más de $ 3.000 millones en el año 2010 y sumará un total de $ 3.500 millones en el año venidero.
Dentro de este segmento, el diésel y el fuel oil demandan el mayor gasto, unos $ 1.600 millones, ya que son productos necesarios para la generación de energía termoeléctrica en la época de estiaje. En el subsidio a la gasolina se invertirán alrededor de $ 1.100 millones y cerca de $ 800 millones para mantener el precio del gas.
“Los subsidios a los combustibles no son equitativos, ya que están dirigidos a beneficiar a los que menos necesitan”, sostiene Jaime Carrera, director del Observatorio de Política Fiscal. “Ese es el caso de la gasolina, que beneficia directamente a las personas que tienen vehículos, es decir aquellos con mayores posibilidades económicas y no a los pobres”. Lo mismo ocurre con el subsidio al gas, del que el 30% más pudiente de la población se beneficiará de unos $ 200 millones del subsidio en el año 2011; mientras que el 30% más pobre apenas recibirá unos $ 60 millones. Carrera plantea eliminar los subsidios porque aumenta las desigualdades sociales, en vez de invertir ese dinero en educación, salud y otros servicios para mejorar la calidad de vida de los ecuatorianos.
Sin embargo, el Gobierno no tiene ninguna intención de eliminar las subvenciones. Para René Ramírez, secretario nacional de Planificación y Desarrollo de la Senplades, todavía no se está pensando en esa posibilidad. “Tenemos que ir en un proceso racional de optimización, porque los subsidios son bastante irracionales, pero todavía eso está pendiente”.
Carlos Pareja, viceministro de Recursos Naturales, coincide en que los subsidios al gas y a los otros combustibles se mantendrán en el año 2011, tal como está previsto, pues financieramente aún son sostenibles. Igual que los derivados del petróleo, los demás también han experimentado un ascenso permanente. El Bono de Desarrollo Humano aumentó de $ 408 millones en el año 2007 a $ 430 millones en 2008. En 2010 este gasto llegó a los $ 546 millones y en el 2011 será de $ 753 millones.
También está contemplado mantener todas las subvenciones vigentes que el Estado concede a la Seguridad Social.
Para el IESS, el Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (Issfa) y el Instituto de Seguridad Social de la Policía (Isspol), el Estado destinó una ayuda de $ 508 millones en el año 2007. En el año siguiente bajó a $ 497 millones y descendió a los $ 452 millones, en el 2009.
En el presente año, los subsidios para la Seguridad Social repuntaron a los $ 562 millones y en el 2011 se ubicarán en $ 827 millones.
En total, para el año venidero, el rubro significará el 8,7% del PIB, una carga que se vuelve más pesada cada año.
“Técnicamente el subsidio significa extraer un bien de capital para diluir en gasto de consumo; es descapitalizar al país, porque se reduce las capacidades competitivas de una nación y limita los esfuerzos para ser más competitivos”, dice Carrera.
Ramírez responde que hasta que no se tenga un estudio serio que beneficie a la mayoría de la población, no se puede hablar de eliminar algún subsidio
El consumo eléctrico incrementa costos
Los altos costos de la termoelectricidad han obligado al Estado a mantener la subvención eléctrica.
El mayor gasto está destinado a subsidiar los combustibles. Este rubro saltó de $ 2.489 millones en el año 2007, cuando comenzó el presente Gobierno, a más de $ 3.000 millones en el año 2010 y sumará un total de $ 3.500 millones en el año venidero.
Dentro de este segmento, el diésel y el fuel oil demandan el mayor gasto, unos $ 1.600 millones, ya que son productos necesarios para la generación de energía termoeléctrica en la época de estiaje. En el subsidio a la gasolina se invertirán alrededor de $ 1.100 millones y cerca de $ 800 millones para mantener el precio del gas.
“Los subsidios a los combustibles no son equitativos, ya que están dirigidos a beneficiar a los que menos necesitan”, sostiene Jaime Carrera, director del Observatorio de Política Fiscal. “Ese es el caso de la gasolina, que beneficia directamente a las personas que tienen vehículos, es decir aquellos con mayores posibilidades económicas y no a los pobres”. Lo mismo ocurre con el subsidio al gas, del que el 30% más pudiente de la población se beneficiará de unos $ 200 millones del subsidio en el año 2011; mientras que el 30% más pobre apenas recibirá unos $ 60 millones. Carrera plantea eliminar los subsidios porque aumenta las desigualdades sociales, en vez de invertir ese dinero en educación, salud y otros servicios para mejorar la calidad de vida de los ecuatorianos.
Sin embargo, el Gobierno no tiene ninguna intención de eliminar las subvenciones. Para René Ramírez, secretario nacional de Planificación y Desarrollo de la Senplades, todavía no se está pensando en esa posibilidad. “Tenemos que ir en un proceso racional de optimización, porque los subsidios son bastante irracionales, pero todavía eso está pendiente”.
Carlos Pareja, viceministro de Recursos Naturales, coincide en que los subsidios al gas y a los otros combustibles se mantendrán en el año 2011, tal como está previsto, pues financieramente aún son sostenibles. Igual que los derivados del petróleo, los demás también han experimentado un ascenso permanente. El Bono de Desarrollo Humano aumentó de $ 408 millones en el año 2007 a $ 430 millones en 2008. En 2010 este gasto llegó a los $ 546 millones y en el 2011 será de $ 753 millones.
También está contemplado mantener todas las subvenciones vigentes que el Estado concede a la Seguridad Social.
Para el IESS, el Instituto de Seguridad Social de las Fuerzas Armadas (Issfa) y el Instituto de Seguridad Social de la Policía (Isspol), el Estado destinó una ayuda de $ 508 millones en el año 2007. En el año siguiente bajó a $ 497 millones y descendió a los $ 452 millones, en el 2009.
En el presente año, los subsidios para la Seguridad Social repuntaron a los $ 562 millones y en el 2011 se ubicarán en $ 827 millones.
En total, para el año venidero, el rubro significará el 8,7% del PIB, una carga que se vuelve más pesada cada año.
“Técnicamente el subsidio significa extraer un bien de capital para diluir en gasto de consumo; es descapitalizar al país, porque se reduce las capacidades competitivas de una nación y limita los esfuerzos para ser más competitivos”, dice Carrera.
Ramírez responde que hasta que no se tenga un estudio serio que beneficie a la mayoría de la población, no se puede hablar de eliminar algún subsidio
El consumo eléctrico incrementa costos
Los altos costos de la termoelectricidad han obligado al Estado a mantener la subvención eléctrica.
Según las cifras del sector, en el año 2008 el Gobierno de Rafael Correa destinó la suma de $ 224 millones para subsidiar el servicio de energía eléctrica.
En el año 2009, este gasto bajó a los $ 146 millones y en el año 2010 volvió a elevarse a los $ 256 millones.
Para el año 2011, esta ayuda se elevará a los $ 320 millones, tomando en cuenta que habrá una mayor producción de energía termoeléctrica. El costo promedio de esta energía fluctúa entre los 13 y los 15 centavos por kilovatio/hora.
En el subsidio eléctrico está la tarifa de la dignidad, que tiene un costo diferenciado de 4 centavos por cada kilovatio/hora, es decir, la mitad de lo que cuesta la tarifa normal. (MAB) Diario Expreso
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