PROHIBIDO OLVIDAR .- Uno de los ascos que sube a la piel y espeluzna por la corrupción que encierra es el mercado que se ha hecho con la compra-venta de frecuencias radiales y televisivas, de acuerdo con el informe realizado por la Comisión para la Auditoría de las Concesiones de las Frecuencias de Radios y Televisión, creada mediante el Decreto Ejecutivo 1445 de noviembre de 2008. Entregado el 18 de mayo del 2009, el informe pone al descubierto, en aproximadamente 500 páginas, los mecanismos irregulares que algunos empresarios de medios del espectro audiovisual constituyeron descaradamente para conseguir la concesión de frecuencias, de matrices y repetidoras que luego ponían a "engordar" -como se engorda a los cerdos para la fritada- hasta la mejor ocasión de ponerlas en venta, en una especie de mercado negro en el que, además, se multiplicaba por miles el precio de la concesión y del irrisorio pago anual que hacían al Estado. Uno de esos mecanismos de engorde era la conversión de una estación repetidora en matriz, de tal manera que las ganancias crecían.
Por esta razón, como bien dice José Ignacio López Vigil, uno de los más reconocidos estudiosos de la comunicación radial en América Latina, e integrante de la comisión mencionada, se cometió "delito de peculado" a vista y complacencia del Consejo Nacional de Radio y Televisión (Conartel) que, desde su creación en 1995, durante el Gobierno de Sixto Durán-Ballén, es el que autoriza la concesión de frecuencias. En este mercado de compra y venta, sobre todo de radioemisoras, "lo que en realidad se vendía –afirma López- era la frecuencia, y no los equipos. Eso es un delito de peculado porque se está traficando con bienes públicos, es decir, con bienes de la sociedad para intereses particulares". Como "las frecuencias radioeléctricas no pueden comprarse ni venderse porque son un bien público", según el mismo entrevistado por la revista virtual Mediaciones (www.ciespal.net), en el peculado hay por lo menos tres personas involucradas: quien vende lo que no es suyo, quien compra lo que no es propiedad del vendedor -"que en este caso son las autoridades, curiosamente responsables de controlar y regular"-, y quien autoriza ese peculado.
El mercado comenzaba desde el momento en que se presentaba la solicitud, pues no se seguía el principio de prelación, que determina, éticamente al menos, seguir el orden cronológico de presentación para atender una solicitud. En este caso, otra vez, se bautizaba primero quien tenía padrinos o madrinas, poderosos, o quien podía pagar por debajo el favor.
En este sonoro mercado se oyen algunos nombres de empresarios, supuestamente apegados a la ley. Uno de ellos, Jorge Yunda, fue presidente del Conartel antes de Antonio García, que funge hoy de ilegítimo Torquemada contra medios y contenidos y, como ex asesor de Yunda, tres días después de la entrega del informe de la Comisión, mediante resolución N.° 4000, concedió otra frecuencia repetidora a Radio Canela, propiedad de Yunda. Juzgue usted. Y pregúntese qué más hay, porque hay. El informe no hace concesiones
Por esta razón, como bien dice José Ignacio López Vigil, uno de los más reconocidos estudiosos de la comunicación radial en América Latina, e integrante de la comisión mencionada, se cometió "delito de peculado" a vista y complacencia del Consejo Nacional de Radio y Televisión (Conartel) que, desde su creación en 1995, durante el Gobierno de Sixto Durán-Ballén, es el que autoriza la concesión de frecuencias. En este mercado de compra y venta, sobre todo de radioemisoras, "lo que en realidad se vendía –afirma López- era la frecuencia, y no los equipos. Eso es un delito de peculado porque se está traficando con bienes públicos, es decir, con bienes de la sociedad para intereses particulares". Como "las frecuencias radioeléctricas no pueden comprarse ni venderse porque son un bien público", según el mismo entrevistado por la revista virtual Mediaciones (www.ciespal.net), en el peculado hay por lo menos tres personas involucradas: quien vende lo que no es suyo, quien compra lo que no es propiedad del vendedor -"que en este caso son las autoridades, curiosamente responsables de controlar y regular"-, y quien autoriza ese peculado.
El mercado comenzaba desde el momento en que se presentaba la solicitud, pues no se seguía el principio de prelación, que determina, éticamente al menos, seguir el orden cronológico de presentación para atender una solicitud. En este caso, otra vez, se bautizaba primero quien tenía padrinos o madrinas, poderosos, o quien podía pagar por debajo el favor.
En este sonoro mercado se oyen algunos nombres de empresarios, supuestamente apegados a la ley. Uno de ellos, Jorge Yunda, fue presidente del Conartel antes de Antonio García, que funge hoy de ilegítimo Torquemada contra medios y contenidos y, como ex asesor de Yunda, tres días después de la entrega del informe de la Comisión, mediante resolución N.° 4000, concedió otra frecuencia repetidora a Radio Canela, propiedad de Yunda. Juzgue usted. Y pregúntese qué más hay, porque hay. El informe no hace concesiones
Por Alexandra Ayala Marín - Diario Hoy
Publicado 20 de junio del 2009, nada a cambiado se gasto tanto para un informe que sirvio solo para el archivo
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