jueves, 11 de noviembre de 2010

¿Imprudencia, atrocidad?

Los acontecimientos del 30-S, golpe o no, rebelión o no, pusieron en peligro las vidas de los pacientes, niños y adultos del Hospital de la Policía durante más de doce horas y eso en nuestro mundo civilizado solo puede ser considerado como un monumento a la estupidez humana porque incluso en situaciones de guerra, la Convención de Ginebra protege los derechos de heridos en el campo de batalla y enfermos de los hospitales contra ataques y bombardeos.

Llama la atención que no se haya divulgado ni publicado el estado de quienes tuvieron que soportar los gases lacrimógenos y los estallidos de las balas en el “centro de curación”. Al tomar decisiones da la impresión que nadie pensó en ellos: antes para impedir tamaña atrocidad y después para hacerles justicia.

Quisiera conocer los reclamos de parte de las asociaciones de derechos humanos para este atentado que por un mal manejo de las emociones, por decisiones equivocadas o marketing político afectó la integridad física de personas hospitalizadas, o ¿es que ellos no tienen derechos?

El Parlamento Europeo aprobó en 1986 los derechos de los niños hospitalizados, ninguno de los cuales contempla siquiera la posibilidad de que por proteger a un Mandatario se ponga en peligro sus vidas. No puedo expresar mi impresión al leer el letrero: “Área de Pediatría” enfocado varias veces en la transmisión directa que hacía el canal público.

En 1987, la comisión Hospitalaria de la Comunidad Europea hizo públicas las Recomendaciones sobre la hospitalización infantil.

Valga la pena esta barbaridad, para conocer y tratar de adoptar en los países latinoamericanos políticas de protección para los niños hospitalizados, cuyos derechos el 30-S fueron violados, hasta ahora impunemente, en el Hospital de la Policía.

Comparto algo de este documento divulgado por la Federación española de padres de niños con cáncer:

-Derecho a que la hospitalización sea lo más breve y rápida posible.

-Derecho a estar acompañado de sus padres o personas que los sustituyan aportando al proceso, sin que eso comporte costes adicionales.

-Derecho del niño a recibir información adaptada a su edad, desarrollo mental y estado afectivo-psicológico respecto de los tratamientos médicos y efectos.

-Derecho a no ser sujeto de investigación y de sus padres a recibir información completa sobre la enfermedad y bienestar del niño y a dar su aprobación.

-Derecho a no recibir tratamientos médicos inútiles y a no soportar sufrimientos o físicos y morales que puedan evitarse.

-Derecho a ser tratado con tacto, educación y comprensión y a que se respete su intimidad.

-Derecho a ser hospitalizado con otros niños, evitando, todo lo posible su hospitalización entre adultos.

-Derecho a recibir los cuidados prodigados por un personal cualificado que conozca las necesidades de cada grupo de edad tanto en el plano físico como afectivo.

-Derecho a proseguir su formación escolar durante su permanencia en el hospital.

-Derecho a disponer durante su permanencia en el hospital de mobiliario, juguetes, libros adecuados a su edad.

¿Se conocen y respetan estos derechos?. Alicia Miranda - Diario El Universo

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